Siguen abriéndose escuelas en España regidas por algo que se llama « pedagogía Waldorf », como « La cabaña del árbol » en Toledo.
Las muñecas sin cara comunes en las escuelas Waldorf. Los niños tienen prohibido dibujar incluso caritas sonrientes hasta los 7 años.
El concepto « pedagogía Waldorf » parece señalar un origen legítimo en las prácticas de esa disciplina, puesto que « pedagogía » es la « ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza ».
Pero no es así. Es un sistema de indoctrinación esotérico, ocultista y producto de las divagaciones de una sola persona, de quien ya hemos hablado aquí al referirnos a la más visible institución perteneciente a su secta: Banca Triodos, el ocultista y médium austriaco Rudolf Steiner.
(…) Un ejemplo revelador lo da Grégoire Perra quien, habiendo sido alumno Waldorf, adepto a la secta y profesor Waldorf, dio la alarma sobre los métodos de sutil indoctrinación de los steineritas, por lo que fue demandado por difamación y declarado inocente por la justicia francesa.
Algunos ejemplos de lo que Steiner le indica a los profesores que deben hacer: « No debemos temer hablarle a los niños sobre la Atlántida. No debemos omitir eso. Podemos incluso presentarla en un contexto histórico. Pero entonces tienen que rechazar la geología estándar… la edad de hielo es una catástrofe atlanteana. El antiguo período glacial y las condiciones promedio recientes en Europa no son sino lo que ha ocurrido desde que se hundió la Atlántida ».
Las delirantes enseñanzas Waldorf están destinadas a presentar como realidad las creencias de Steiner en las más diversas supersticiones, desde que los continentes son islas que « flotan en los mares » ancladas por las estrellas, de modo que: « cuando cambian las constelaciones, los continentes cambian ».
Y, sobre todo, se hace cuanto sea posible por impedir que los niños razonen o aprendan hechos.
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